C.T.E. y G.T.E.

 

 

 

INTRODUCCIÓN:  LAS COMPAÑIAS DE TRABAJADORES EXTRANJEROS 

        Y LOS GRUPOS DE TRABAJADORES EXTRANJEROS.

 

Tras la derrota en la Batalla de Ebro, pero sobre todo de la caída de Barcelona el 26 de enero de 1939, cientos de miles de republicanos españoles marcharon al exilio francés, más conocido como “la Retirada”. 

Entre los días 27 de enero y 13 de febrero entraron en Francia cerca de 500.000 personas. La acogida no fue todo lo grata que los españoles podían esperar y desear del país defensor de la “libertad, igualdad y fraternidad”. 

Tras cruzar la frontera fueron ubicados en diferentes campos de concentración donde las mujeres y niños serian separados de los hombres. A primeros del mes de abril de 1939, el gobierno francés presidido por Édouard Daladier y desbordado por la situación en que viven los republicanos españoles establece unas “prestaciones” de debido cumplimiento: regreso a España, contratados por particulares, incorporación a la Legión Extranjera, y las Compañías de Trabajadores Extranjeros. 

Las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) fueron creadas por decreto del gobierno francés del 12 de abril de 1939. Estaban compuestas por 250 personas, mayoritariamente españoles de entre 20 y 48 años: 10 oficiales, 230 trabajadores y otros 10 empleados (cocineros, enfermeros, peluqueros, sastres y secretarios). Todas las CTE estaban bajo el control y dirección de militares de la reserva del ejército francés.

Las CTE estaban destinadas a los trabajos de obras publicas, mantenimiento de carreteras y vías férreas, construcción de fortificaciones (Línea Maginot, Costa Atlántica), industria civil, trabajos agrícolas y forestales, etc. A finales de 1939 llegaron a existir hasta 180 CTE distribuidas por todo el territorio francés. Se calcula que unos 60.000 españoles formaron parte de estas CTE por lo que en algunos documentos consta como Compañías de Trabajadores Españoles. 

Tras la firma del armisticio del 22 de junio de 1940 entre el gobierno alemán del Tercer Reich y el francés del mariscal Pétain, las CTE fueron disueltas y muchos de sus trabajadores tuvieron que regresar a los campos de refugiados. Al mes de octubre de ese mismo año son creados los Grupos de Trabajadores Extranjeros (GTE) de obligado trabajo compuestos por hombres de entre 18 y 55 años. Unos 31.000 españoles llegaron a formar parte de estos GTE, la mayoría de ellos, con el tiempo acabaron incorporándose a la Resistencia francesa. 

Tanto las CTE como los GTE constituyeron una fuente de trabajo barata para el gobierno francés.

 

Autor: Joan B. Beltrán Reverter

 

Bibliografía:

ARMENGOU, Montse-BELIS, Ricard (2005): El comboi dels 927. Editorial Rosa dels Vents. Barcelona.

GARRIGA ELIES, Enric (2021): L’horitzó del mar de Buchenwald. Edicions El Cep i la Nansa. Vilanova i la Geltrú.

HERNÁNDEZ DE MIGUEL, Carlos (2015): Los últimos españoles de Mauthausen. Ediciones B, S.A. Barcelona.

 

Webgrafía:

http://gimenologues.org/IMG/pdf/retirada_liste_des_cte_et_gte.pdf

http://www.belliludi.com/azul2.html

https://www.mve2gm.es/paises/bando-aliado/francia/compa%C3%B1ias-de-trabajo/

 

 

 

Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE)

 

A principios de 1939 el gobierno francés decidió desalojar los campos de internamiento y poner al servicio de su Ejército a los antiguos combatientes de la España republicana. Para ello estableció la obligación para los refugiados extranjeros de edades comprendidas entre los 20 y 48 años de proporcionar prestaciones equivalentes al tiempo que los ciudadanos franceses cumplían en el servicio militar obligatorio, con esta medida los reclutados inicialmente pasaron a depender del ministerio del Interior y a tener un estatus semi- militar.

A los republicanos españoles se les ofrecieron cuatro opciones: ser contratados a título individual por patronos agrícolas o industriales; o alistarse, bien en una Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE); en la Legión Extranjera, lo que suponía prestar servicios por la duración de 5 años o en los Regimientos en Marcha de Voluntarios Extranjeros (RMVE), lo que conllevaba a ofrecer los servicios por el tiempo que durara la guerra.

Los españoles conocían bien lo que era una guerra pero a pesar de ello, más de 3.000 antiguos combatientes se alistaron en la Legión Extranjera, aunque la mayoría de ellos, alrededor de unos 20.000, se decidieron por las compañías de trabajadores extranjeros.

A partir de septiembre de 1939, tras la movilización general, el enrolamiento de los extranjeros en estas unidades pasó a ser obligatorio. Para el 15 de diciembre había destinadas al ejército 102 compañías de prestatarios extranjeros (unos 25.500 hombres) que aumentaron hasta las 180 para finales de ese mes. Los españoles eran con diferencia el contingente nacional más numeroso, por lo que a menudo eran citadas en los documentos oficiales como “compañías de trabajadores españoles”.

A las desplegadas en Europa habría que añadir las doce compañías de CTE organizadas en África del Norte, dónde los republicanos españoles fueron empleados, en condiciones extremadamente penosas, para la construcción de la vía de ferrocarril entre Bouarfa (Marruecos) y Colomb-Béchar (Argelia) y en las minas de carbón de Kenadza. En abril de 1940, aproximadamente

2.500 hombres formaban parte del 8º Regimiento de Trabajadores Extranjeros repartidos entre Marruecos, Argelia y Túnez.1

A finales de 1940, 55.000 exiliados trabajan en las CTE (que desde setiembre se habían convertido en Grupos de Trabajadores Extranjeros (GTE), sometidos a disciplina militar, muchos de ellos para escapar al internamiento inhumano en los campos de reclusión. El Ministerio de Trabajo había reclutado a otros 40.000 para colaborar directamente en la economía francesa. Pese a las consignas de las organizaciones republicanas, unos 6.000 se alistaron en los regimientos de marcha, bajo mando militar francés, y muy temprano participaron en operaciones militares.2

Cada GTE estaba integrado por unos 250 hombres, los de África eran algo menores, y todos capitaneados por oficiales franceses en situación de reserva, contando con una guarnición de hombres encargados de la vigilancia.

Cuando los alemanes atacan e invaden a Francia (llegan a París el 14 de junio de 1940), empieza la desbandada, poco gloriosa, y el hundimiento del ejército francés mandado por un Estado Mayor claudicante, traidor. Abandonados, indefensos y muchas veces traicionados por los oficiales que les mandan, los españoles se encuentran en una verdadera ratonera y deben replegarse hacia

el sur en condiciones desastrosas. Empieza una nueva Retirada, que llevará a 15 000 Republicanos de las CTE a caen en manos de los nazis. Miles de ellos serán los primeros deportados desde territorio francés hacia los Stalags (campos de prisioneros de guerra) y más tarde a los campos de exterminio.3 Los españoles de otras ocho CTE: 111º, 112º, 113º, 114º, 115º, 116º, 117º y 118º, vivieron el drama de Dunkerque, donde la mayor parte de ellos murieron defendiendo las posiciones de Bray-les-Dunes, mientras los aliados, ingleses y franceses en particular, se disputaban a tiro limpio los puestos en las embarcaciones de evacuación. Los pocos españoles que lograrían llegar a Inglaterra por sus propios medios, serían encerrados en varias cárceles, junto con prisioneros de guerra alemanes. 4

En un principio a los republicanos españoles los alemanes les respetaron la condición de prisioneros de guerra, tal y como se contemplaba en los convenios internacionales firmados por Alemania. Pero tal status no se mantuvo y pocos meses más tarde, cuando empezaron a ser deportados al campo de concentración de Mauthausen, ni el gobierno francés de Vichy, ni las autoridades franquistas intercedieron por ellos.5

Amadeo Sinca Vendrell, encuadrado en la 23ª GTE, nunca olvidaría aquel 20 de mayo de 1940, puesto que en ese día fue apresado por las tropas que invadían Francia en las inmediaciones de Saint-dié (departamento de los Vosgos). Algunos de sus compañeros pudieron escapar cuando hicieron su aparición los alemanes, librándose de ser hechos prisioneros y probablemente de la deportación a los campos de exterminio. Los demás siguieron al mando de los oficiales franceses que los habían entregado a los nazis, iniciando una marcha carretera adelante, hacía lo desconocido…6

El 14 de junio la Wehrmacht desfila en los Campos Elíseos y tres días más tarde el mariscal Pétain es proclamado jefe de gobierno. La “drôle de guerre” tiene por epílogo la firma el “armisticio” franco-alemán del 22 de junio en el que establece una “línea de demarcación” que parte el territorio francés en dos partes: la orientada al Mediterráneo denominada “Francia libre” y la que mira al Atlántico que es bautizada como “zona ocupada”. El 29 de junio el gobierno colaboracionista de Pétain se instala finalmente en Vichy y los grupos de trabajo son disueltos.

Todos los integrantes de los GTE que fueron capturados en las zonas fronterizas, partieron a marchas forzadas con dirección a Alemania. De vez en cuando, al alcanzar algún cruce de caminos, se reagrupaban con otras columnas de prisioneros españoles, ingleses o franceses que seguían la misma dirección. Hasta que llegaron a la frontera carecían de guardianes y no recibieron ningún tipo de suministro, pero a pesar de ello fueron contados los que decidieron escapar, rebasados por los alemanes ¿a dónde iban a ir? Así lo recuerda Amadeo Sinca: “después de varios días de marchas forzadas dejamos Bélgica y llegamos a territorio alemán. En un cruce de carreteras próximo a la frontera, separaron a los ingleses de nuestra columna y ya no los volvimos a ver. Allí pernoctamos en un campo provisional, donde nuestros guardianes nos permitieron  descansar seis horas consecutivas. Aquel descanso excepcional fue como un bálsamo que alivió nuestros cuerpos agotados. Días más tarde, después de sufrimientos sin fin, llegamos al primer campo alemán que nos tenían asignado, cerca de un pueblo llamado Trier. Fue allí donde los españoles sufrimos las primeras y duras humillaciones de nuestro cautiverio. Aquel Stalag era inmensamente grande, siendo una prueba de ello, el que había instaladas tres enormes cocinas, las cuales no

daban abasto a tantos millares de prisioneros que allí nos encontrábamos

encerrados y casi amontonados”.7

Al naveto Víctor Cueto Espina, no le quedó otro remedio que alistarse en un GTE. Los alemanes lo capturaron en Malo les Bains el 4 de junio de 1940 cuando trabajaba en el sistema de fortificaciones que formaban la fracasada “Línea Maginot”. Tras hacer el trayecto hasta Alemania a marchas forzadas ingresó en el Stalag XIII A, situado en la ciudad bávara de Sulzbach Rosenberg y el 11 de julio del mismo año lo trasladaron Stalag VII A, ubicado en Moosburg un der Ysar, también en Baviera.8

Con el objetivo de contribuir a la economía francesa y al esfuerzo de guerra alemán, el 27 de setiembre de 1940 el gobierno títere de Pétain crea nuevas estructuras de internamiento y trabajo obligado para los integrantes de los antiguas Compañías de Trabajadores Extranjeros.

No menos de 14.000 españoles fueron puestos inmediatamente a disposición de la Todt, una organización paramilitar de la Alemania nazi creada en 1938 para emplear a los desempleados alemanes y que poco a poco se dedicará a utilizar a presos políticos para construir fortificaciones e infraestructuras en los países ocupados, enviando a miles de ellos a la zona ocupada por los nazis para construir el famoso “muro del Atlántico”.9

Poco a poco los españoles retenidos empezaron a organizarse, principalmente los militantes comunistas, quienes realizan en los GTE una intensa propaganda clandestina que irá creciendo a partir de noviembre de 1942, alimentada por las victorias del Ejército de la URSS.

 

1 Chaussec DAMIEN; “Máster Patrimonio Histórico y Territorial. (Santander) Master Valorisation et Médiation du Patrimoine. (Montpellier)”. M 953. Trabajo de Fin de Máster.

2 ORTIZ, Jean; “Sobre la gesta de los guerrilleros españoles en Francia”. Atlantica.

Biarritz, 2010.

3 DREYFUS-ARMAND, Geneviève; “El exilio de los republicanos españoles en Francia”. Albin Michel. Paris, 1999.

4 Bermejo Benito y Checa Sandra. “Supervivencia, testimonio y arte. Españoles en

los campos nazis”. Centro Documental de la Memoria Histórica. Ministerio de

Cultura.

5 Bermejo Benito y Checa Sandra. “Supervivencia, testimonio y arte. Españoles en los campos nazis”. Centro Documental de la Memoria Histórica. Ministerio de Cultura.

6 SINCA VENDRELL, Amadeo. “Lo que Dante no pudo imaginar: Mauthausen-Gusen 1940-1945”. Producciones Editoriales. Barcelona, 1980.

7 SINCA VENDRELL, Amadeo. “Lo que Dante no pudo imaginar: Mauthausen-Gusen 1940-1945”. Producciones Editoriales. Barcelona, 1980.

8 Artículo de Leocadio Redondo Espina, cronista oficial de Nava, publicado por el

diario “La Nueva España” del 14 de noviembre de 2009 y Entrevista a Pedro Timón,

 publicada por el diario “La Voz de Avilés” del día 4 de mayo de 2013.

9 ORTIZ, Jean; “Sobre la gesta de los guerrilleros españoles en Francia”. Atlantica. Biarritz, 2010.

 

Escrito cedido por Luismi Cuervo

 

 

 

Listado no exhaustivo de C.T.E y G.T.E conocidos hasta ahora

 

 

Cartas del Exilio de Alban Sanz